FILMOTECA PSICOLOGÍA
Vivian, una profesora brillante de literatura, debe afrontar un cáncer de ovario avanzado de difícil curación. Mientras va tomando conciencia de su enfermedad, irá reflexionando sobre la relación de los profesionales sanitarios con ella, a la vez que examina las decisiones adoptadas a lo largo de sus años, su relación con los demás…A través del proceso de duelo, la protagonista, acabará por darse cuenta de que el amor a la vida, y la compasión, serán su mejor arma para afrontar su último destino. “Amar la vida”, además de acercarnos a la muerte, nos permite reflexionar sobre la otra cara de la moneda: la vida misma. Una película que, por otro lado, nos lleva a plantearnos el papel fundamental de los cuidados paliativos en la etapa final de la vida.
Inspirada en la novela gráfica homónima del ilustrador Paco Roca, nos muestra las vicisitudes que su protagonista, un antiguo ejecutivo bancario de 72 años, que muestra los primeros signos de Alzheimer, ha de atravesar cuando su familia decide ingresarlo en una residencia de la tercera edad, así como los vínculos que establece con otros internos. En “Arrugas” se afrontan temas a menudo bastante incómodos como la vejez de las personas, la enfermedad y la soledad, temas que nos tocan a todos/as muy de cerca, pero ante los que solemos volver la mirada. Esta película, como su libro, nos enseña aquello que, como sociedad, obviamos: los miedos que sobrevienen al final de la vida, cuando ya se es demasiado mayor para poder cuidar de uno mismo.
Basada en una historia real, “El solista”, se centra en Nathaniel Ayers, un prodigioso violonchelista que en su segundo año de conservatorio desarrolló esquizofrenia y acabó viviendo en la calle. La película aborda no sólo este problema de salud mental, sino también la otra cara oculta del mismo: la soledad, el aislamiento, la incomunicación, y el destierro…, de las personas que sufren una enfermedad mental. El aislamiento que las personas con esquizofrenia pueden llegar a sufrir se ve reflejado en el protagonista: aislamiento de la vida social (mendigando y viviendo en la calle), aislamiento de la vida real (por la propia enfermedad), y el aislamiento profesional, en este caso aislado de su ambiente creativo por la incapacidad para desarrollarlo.
«Ser feliz no significa que todo sea perfecto. Significa que has decidido mirar más allá de las imperfecciones», es una de las muchas reflexiones de Hector, psiquiatra, quien se embarcará en un viaje en el que tratar de desvelar el secreto de las personas felices. Un viaje de descubrimiento personal a través de diversos continentes y culturas, en el que además planteará: ¿Por qué soñamos con alcanzarla? ¿Qué es más importante, el éxito o la relación con los demás? ¿Depende de las circunstancias personales o de una particular forma de ver las cosas? “Hector y el secreto de la felicidad”, basada en la novela homónima del psiquiatra francés François Lelord, nos deja algo tan relevante como: «Deberíamos centrarnos no tanto en la búsqueda de la felicidad como en la felicidad de buscarla.”